¿Cómo parar la mente?
La mente es una GRAN herramienta
Sí, una herramienta, como un martillo, una sierra, o un taladro. Es una herramienta que no para nunca, que siempre está en marcha, ¡no para!, imagínate un taladro haciendo mil agujeros en una pared sin parar o una sierra talando sin descanso… una locura ,¿no?
Si entiendes la mente como una herramienta, es evidente que primero tienes que aprender a utilizarla, debes conocerla, saber para qué usarla y cómo. ¿A que no te planteas lavar platos con un martillo?, ¿o colgar cuadros con una aguja de coser?
¿Qué hace la mente? Pensar, la mente piensa, discurre, archiva recuerdos y emociones, es una de sus funciones, ello conforma tu manera de actuar, de responder ante una situación. Todo el día te está hablando, todo el día te dice qué tienes que hacer, a veces acertadamente y otras menos.
¿Qué son los caminos neuronales? o ¿Cómo funciona la mente?
Los caminos neuronales son las vías por las que la información viaja desde el cerebro a su destino. Delante de un estímulo hay una reacción, es decir, si captas algo a través de cualquier órgano de tus sentidos, éste enviará la información al cerebro y tu mente buscará en sus recuerdos, creencias, cosas aprendidas, una situación similar para recordar lo que tiene que hacer en respuesta, sea el tipo de reacción que sea: física, emocional, verbal, etc.
Estos caminos neuronales van reforzándose a medida que los utilizamos, cuanto más reaccionamos de la misma manera más fuertes se hacen. Inicialmente, puede ser solo un caminito pero a fuerza de usarlo se convierte en una autopista. Lo bueno es que si ya no lo usas se va atrofiando, es como cuando un camino de montaña no se transita, la naturaleza acaba cubriéndolo y haciéndolo invisible.
Así, si observas tus pensamientos y tus reacciones a los estímulos, verás qué creencias tienes. Eso te lleva al siguiente paso: crear nuevos caminos neuronales. Si tus creencias cambian, bien por que has aprendido que lo que sabías ya no te sirve, bien por que has decidido cambiar una creencia, modificarás tu respuesta al estímulo y crearás un nuevo camino neuronal, que cuanto más lo reafirmes más se fortalecerá.
A esto se le llama neuroplasticidad. La neuroplasticidad es la capacidad de las neuronas de regenerarse y crear nuevas conexiones neuronales; es la que le da al cerebro la facultad de crear nuevas estructuras y recuperarse.
Recuerda, tu mente no eres tú, tu mente es un conjunto, una amalgama, de creencias aprendidas. Sólo tienes que desaprender para aprender cosas nuevas que te hagan más feliz, viviendo con plenitud.
¿Cómo utilizar esta herramienta?
Hay varias maneras de usar este gran recurso en tu beneficio, sí, repito, en tu beneficio. ¿Has observado alguna vez tus pensamientos?, ¿Cómo son?, ¿Qué te dices cada día?.
Te propongo un juego: rebusca por casa una pulsera que sea fácil de poner y sacar (ya verás porqué) o cómpratela si te hace ilusión, no necesitas gastar mucho, incluso puede ser una gomita de ésas de atar bolsas. Póntela en una de tus muñecas. El juego trata de llevarla 21 días seguidos en el mismo brazo. Fácil. No tan fácil. Las reglas son: cada vez que, mentalmente o en voz alta, te digas algo desvalorizante, te insultes o te menosprecies, deberás cambiarte la pulsera de mano y empezar de nuevo los 21 días. Jugando a este juego podrás comprobar cuántas veces utilizas la mente en tu contra. Te aseguro que son muchas.
Por si esto no te convence, siéntate en silencio por unos minutos y observa qué pensamientos afloran: “debería hacer….” “esto es una chorrada…” “uy! me he olvidado de…” Todo son obligaciones, juicios, recuerdos de cosas no solucionadas, etc. Esto también es usar tu mente en tu contra. Te viene a la cabeza todas aquellas obligaciones, malos rollos, desvalorizaciones que constantemente intentas olvidar.
Bien, ahora ya sabes de qué manera no provechosa usas tu mente. Y has aprendido una cosa, que los pensamientos negativos son los que primero afloran. Es normal, eso nos lo enseñan desde pequeños… “no hagas esto… o aquello… haz esto… te vas a caer… te portas mal…”, etc. y llevas años repitiéndotelo, lo que te lleva a la siguiente conclusión: la mente aprende por repetición.
Exacto, la repetición es una de las maneras de utilizar esta herramienta.
La imaginación es otra de las maneras en las que puedes usar tu mente. La mente no sabe discernir si lo que piensas es real o no, creerá lo que le digas. Si te imaginas en una playa paradisíaca tomando el sol relajadamente, bañándote en unas aguas cristalinas llenas de corales y peces de colores, lo creerá y creará un estado bioquímico concreto en tu cuerpo en respuesta a tu bienestar. Este es un recurso que usan los deportistas de élite para mejorar su entrenamiento físico. El deportista imagina los movimientos que tiene que realizar y el cerebro envía estímulos a las zonas que corresponden al movimiento que está imaginando. De esta manera consiguen que al realizar el entrenamiento físico sea mucho más efectivo, porque el cerebro ya ha corregido los errores antes.
La creatividad, ¿te suena?, es la capacidad de inventar o crear. Según Wikipedia: “La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos, de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales. La creatividad es sinónimo del “pensamiento original”, la “imaginación constructiva”, el “pensamiento divergente” o el “pensamiento creativo”.
Repetición+Imaginación+Creatividad = EDUCACIÓN
¿Cómo dejar de pensar?
Olvídate, eso es imposible. La mete está hecha para esto, para pensar, no puedes pararla. Pero sí EDUCARLA.
Ahora ya sabes cómo funciona y sabes cómo utilizarla, ponte manos a la obra:
- Cuando hagas algo, haz sólo eso. ¿Te has fijado que, normalmente, estás haciendo alguna cosa y la mente está a miles de kilómetros de distancia, en un lugar remotamente lejos de donde está tu cuerpo?, a veces está en el pasado, otras en el futuro, otras jugando, en base a tus creencias, a tener miedo, a perpetuar un enfado, etc.
- Observa cómo son tus pensamientos, qué te viene a la mente cuando meditas o cuando conduces. Así puedes conocer tus creencias sobre tí y sobre lo que te rodea. A menudo juzgamos: a nosotros mismos, a los demás, a las cosas que nos pasan. Si observas tus creencias sabrás cuáles debes cambiar para mejorar tu vida.
- Repetición. Una vez sepas qué quieres cambiar, construye una frase que defina positivamente la nueva creencia. Y repítela, mil, un millón, un millón de millones de veces. Que ocupe tu mente, dale trabajo, hazte una canción con ella y cántatela cuando camines al trabajo, o vayas en autobús, en coche o en metro.
- Imaginación. Utiliza la imaginación para ver como es tu vida con esta nueva creencia e imagínate siendo esa persona que quieres ser.
- Creatividad. Juega, como cuando eras niñ@ y jugabas a ser mayor. Incorpora cosas nuevas en tu vida, aunque sean pequeñas, cosas que nunca harías o que haces de manera distinta. si siempre haces las mismas cosas de la misma manera la mente entra en modo sedentario y le cuesta mucho más hacer cambios. Por ejemplo: cepíllate los dientes con la otra mano, ponte un calcetín de cada color o de un color que no te pondrías nunca, o una combinación de ropa que para tí es inusual. Haz algo diferente, aunque sea pequeño.
A la mente no la paras, a la mente la educas.
Mismamente, yo.
4 respuestas
Me apunté al curso de que gong mujer estoy pagando y no me llega nada. O me hacéis caso o digo en el BCI que no acepten los recibos
Hola Paz, al apuntarte al curso de Qigong de la mujer tienes acceso a todos los cursos que hay online. Para poder recibir los artículos en tu email debes suscribirte al blog. ¿Es esto a lo que te refieres? Siento mucho esta confusión. Espero haber aclarado tus dudas, igualmente en la sección de FAQs tienes respuesta a las preguntas más frequentes. Gracias por tu feedback, gracias a ello siempre aprendo.
Me ha encantado el articulo, Mireia. Voy a poner todo en pràctica. Gracias, gracias, gracias
Mil gracias, Elena. Me alegra mucho poder ayudar. ❤